miércoles, 1 de junio de 2011



Puedes llegar a sentir una sensación de tristeza que no sabes de dónde viene.
Prefieres quedarte callado, observando como todo carece de sentido.
Te preguntas ¿cuál es la finalidad de esto?
Hasta el sentimiento más bonito y esperanzador que puedas sentir, el amor, se queda en simple instinto de supervivencia de la especie.
Ningún fin claro. El fin es existir. Cumples con tus metas al nacer: Después de tu primera bocanada de aire, ya te puedes morir tranquilo.
Pensamientos oscuros y pesimistas, en definitiva que te asaltan de vez en cuando.
Pero afortunadamente la vida no es tan cruel. Para esas mentes débiles que no son capaces de superar el vacío, o para esas otras fuertes que no se dejan engañar por la ingenua felicidad, en definitiva, para el organismo atormentado, existe una apetitosa salida:
Sustancias ricas en valor, confianza, alegría y ganas de vivir. Dañinas, tal vez si. Pero ¿qué es preferible, vivir 80 años atormentado o 30 del carajo?
La salud es un pequeño precio a pagar a cambio de la felicidad.


autor: alex

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