Tus ojos son la droga que me esclaviza
me mantienes unida a una espiral
que gira alrededor de tu mirada.
Me has envenado sin yo saberlo
estoy presa en la telaraña que me une a ti
ámame solo la mitad de lo que yo lo hago.
Aunque la noche muera
y tú te vayas de mi cama
aunque la luz de tu mirada se apague para siempre
yo te seguiré amando eternamente.
Tus labios son las olas que se mecen
y que se deslizan por mi cuerpo
navegando por mi saliva.
Sé que no es fácil amar a alguien como yo
susúrrame cada amanecer
recuérdame que soy indispensable.
Aunque la noche muera
y tú te vayas de mi cama
aunque la luz de tu mirada se apague para siempre
yo te seguiré amando eternamente.
autor: Carmilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario